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E S P E R A : MONUMENTOS HISTORICO-ARTISTICOS


CASTILLO DE FATETAR


         ORÍGENES:

                   Los orígenes del Castillo de Fatetar no están muy claros ya que no se han hecho nunca un estudio detallado del mismo.

         De la época primitiva se han encontrado unas pequeñas láminas de sílex pertenecientes, seguramente al Neolítico, pero al no haberse realizado ninguna excavación, no podemos asegurar nada relativo a esa época.

         Si aceptáramos la creencia en el legendario rey Héspero, bien podríamos suponer que el Castillo sería en sus comienzos un observatorio astronómico o tal vez un templo.

         Con el paso de los tiempos esta plaza fue sucesivamente reforzada por los Turdetanos y por los Iberios.

         De la época Ibérica, en realidad, solo se conserva un amuleto en forma de colgante de barro cocido amarillento que simula una gota de agua.

         Algunos autores creen que los cimientos de Castillo pueden ser romanos. Esto lo pueden corroborar una serie de hallazgos de esta época realizados en las laderas durante distintas obras: distintos trozos de cerámica romana denominada sigillata, varias monedas, incluso un trozo de coraza de unas estatuas.

         Posteriormente ocuparían la fortaleza los pueblos bárbaros que entran en nuestro suelo a la caída del Imperio Romano. Uno de estos pueblos, los visigodos, dominan buena parte de España y toda Andalucía. Creemos que el Castillo pudo ser una Fortaleza visigoda porque de esta época es una ventana ciega, junto al brocal del aljibe, que tiene tres estrellas de seis puntas; también por la aparición de una piedra con decoración visigoda perteneciente, seguramente, a un cancel, que actualmente se encuentra en la cripta de la Iglesia Parroquial; igualmente por el hallazgo de una hebilla de cinturón de este periodo.

         Más tarde hacen su aparición los musulmanes. Los historiadores musulmanes hablan de una vía de comunicación que pasaba por Espera. Al-Himyary habla del pueblo en el siglo XIV. Hoy sabemos que el castillo árabe fue construido por Abderraman III en el año 914. Dejó aquí como alcaide a Yamil b. Uqba al Balawi al mando de un nutrido número de caballeros.

         En el castillo todavía quedan restos muy claros de la dominación musulmana. Por ejemplo, la torre del homenaje de forma cuadrangular, aunque con las esquinas exteriores recortadas. También nos queda una ventana ciega en forma ojival enmarcada en un alfiz y abundantes restos en murallas y paredes. Además se conservan varias monedas de plata (dirhem) y bronce encontradas en la laderas, así como varios dedales de bronce para trabajar el cuero.

         No sabemos exactamente cuando pasó a manos cristianas. Pudo ser conquistado por Fernando III el Santo en el año 1251, pero lo más seguro es que lo hiciera en 1255 al conquistar Jerez Alfonso X el Sabio. De todas maneras el Castillo quedó en manos musulmanas.

         Definitivamente pasa a manos cristianas en 1264 cuando los castellanos ocupan y pueblan toda nuestra comarca.

         Juntos con otros castillos de la Sierra y la provincia sirvió como fortaleza defensiva en la frontera entre los territorios cristianos y árabes.

         Al principio el Castillo de Fatetar dependía de Arcos junto con una pequeña aldea, así como Carissa y Santiago de Criste (seguramente Santiago en las Viñas) y gozaba de los privilegios dados por Alfonso X a Arcos, otorgados en Sevilla y Tole­do.

         En 1304 Fatetar junto con Santiago de Criste y Carissa fue concedido a Fernán Pérez Ponce de León por privilegiado dado en León por Fernando IV, el 4 de Septiembre de dicho año.

         En 1375 pasa al poder de Alonso Fernández de Portocarrero y seguidamente a la casa de los Ribera. En 1394 don Per Afán de Ribera compró la villa, término y castillo de Espera. Desde entonces el castillo pertenece a esta familia hasta que D. Fadri­que Enríquez de Ribera, en 1539, lo da en propiedad a la Iglesia Parroquial de Espera.

         A partir del siglo XVI el Castillo está abandonado. Sin embargo, ya hacía tiempo que su capilla estaba abierta al culto, quizás desde el tiempo de la Reconquista y sirvió de Parroquia hasta 1610 en que se termina la de Sta. Mª de la Victoria, poste­riormente llamada Sta. María de Gracia.

         En 1810 es rehabilitado por los franceses por considerarlo como una posición estratégica. Todavía podemos ver alguna de estas obras, como por ejemplo, el enlucido rosáceo de varias paredes y suelos.

         Una vez finalizada la Guerra de la Independencia, el Castillo cae en el abandono y cada vez son mayores sus ruinas. En 1984, por medio del P.E.R., se limpia el Castillo y se llega hasta el suelo de unas habitaciones excavadas en la roca y que se desconocían hasta ahora.

          DESCRIPCION:

          Está situado en la cima del monte que domina el pueblo. El conjunto tiene forma romboidal. Se entra en él desde el Sur por una puerta de arco apuntado que da paso a un corto corredor en rampa. A la izquierda, una pobre construcción, posiblemente un horno y la escalera que conduce a la parte superior, donde hay un gran aljibe parcialmente tallado en la roca.

         Frente a la entrada se alza una torre de planta cuadrangular, bajo la cual hay una puerta con una arco de descarga en la parte superior y protegida por un matacán o ladronera. En la misma fachada de la torre, pero más elevada que la puerta y a la izquierda, hay una ventana con idéntica disposición, cuyo dintel o piedra superior, está decorada con tres estrellas de seis puntas, quizás de influencia visigótica. También en el mismo muro hay una ventana tapada o ciega en forma de arco de herradura terminada en punta, enmarcada por un alfiz.

         La torre está decorada en la parte superior y en sus cuatro frentes por una serie de canecillos.

         Una vez que entramos en el recinto de la torre, podemos

dos direcciones. Al frente se baja por una rampa que va entre la ermita y una muralla. Más adelante, a la derecha, hay restos de varias construcciones y se llega al lienzo de la muralla que defiende el Castillo por el N.E. Fuera de la muralla hay un profundo foso excavado en la roca para defender mejor dicha parte. En  la muralla encontramos una construcción llamada cubo - que servía para la vigilancia y en el interior de las murallas unas habitaciones talladas en las rocas desconocidas hasta ahora.

         En esta zona, pero a un nivel más bajo, existen unas habitaciones que se comunican con la ermita, con una pequeña ventana que da al foso.

         El otro camino desde la entrada, tuerce a la izquierda y se accede al recinto principal al fondo del cual se levanta la torre del homenaje. La subida a este recinto era, seguramente, por una rampa, pero ha desaparecido. Se observan los restos de una canalización de agua que corre por el suelo, posiblemente en dirección al aljibe.

         Entre el recinto principal de la torre del homenaje y el resto del Castillo hay un grueso muro que los divide.

         La torre de homenaje es cuadrangular con las esquinas exteriores recortadas. Es una construcción casi cúbica, que tiene forma de prisma, realizada en hormigón con las esquinas de piedras grandes (sillares) para reforzarla. En la pared Sur-oeste hay una puerta que comunica con un pequeño aljibe, excavado en la roca, en el mismo cimiento de la torre. En la pared tiene empotrado un canalón que recogía el agua de la azotea. Junto a este muro del aljibe se encuentran unos escalones tallados en la piedra y una pileta.

         El acceso a la torre se hace a través de una entrada por la cara Sur-Este. Está parcialmente reconstruida y faltan los escalones. La habitación interior está dividida en dos piezas abovedadas, separadas por un arco de medio punto que sirve de sostén al techo. A la izquierda, en el suelo el hueco de comunicación con el aljibe; sobre éste en el techo, un orificio que serviría para conducir el agua. En la pared hay señales de ésta conducción y seguramente de un brocal.

         A la derecha de la entrada está la escalera que asciende a la azotea, que está a unos ocho metros sobre el patio. Arriba se ven los restos de la canalización de agua y el parapeto que rodea a la azotea. En la pared Noreste, al exterior de la torre, hay señales de haber adosado una pequeña construcción, quizás un cobertizo, quedando la huellas de tablas empotradas.

         Los lienzos exteriores de la muralla parten de la entrada y se acoplan con los muros que rodean la cima del risco. La explanada de la puerta de la ermita tiene señales de haber estado cercada por una muralla (todavía se conservan fotos con restos de esta muralla) con, al menos un cubo semicircular, situado en la roca del lado de Poniente de dicha explanada. A lo largo de la ladera existen restos de varios muros que constituían diversas líneas de defensa.

 

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@ Antonio Durán Azcárate. 2001  - 2006  Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA