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PREGÓN DE SEMANA SANTA 2009

 

Hermandad de la Borriquita

Texto del Pregón de Semana Santa 2009

Entrada: AMARGURA.

          Qué resonante mutismo, qué estruendoso sigilo. Qué elocuente es el silencio en este templo. Una atención  de mi pueblo y de sus habitantes para con el pregonero de su Semana Santa. Encendido el espíritu cofradiero al escuchar los sones de Amargura,  música que marca para mí los grandes momentos de mi vida, no en vano cuando contraje matrimonio también me fue marcando el paso hasta este sacramento y cuando necesito reflexionar y sentirme bien también la oigo. Sirva Amargura para abrir este Pregón, que sin duda lanza de lleno a las hermandades a preparar las salidas de sus Titulares. Hoy Domingo de Pasión.

          A esto era el intenso miedo que ha recorrido mi cuerpo desde el día que tuve la osadía de aceptar el encargo de ser la persona que este año rompiese ese silencio. Qué locura, pero bendita, locura cofrade.

 

         Y vengo con la ilusión y el ánimo que en estos inolvidables dos meses me ha recorrido por mi pensamiento, que en todo momento se hallaba hablando consigo mismo para recomponerse las ideas que debiera exponer para transmitiros una Semana Santa de Espera y una Espera en Semana Santa.

 

         La Semana Santa la aprendí en las entrañas de una familia recorrida por las fibras sensibles de su amor a Dios.

 

         La Semana Santa que viví desde mi más tierna infancia, ésta, la Semana Santa de Espera, sin conocer otra. Por eso, no me considero un verdadero capillita, pues entre mis intereses no está el reconocer a tal o cual hermandad, o imagen o imaginero importante de la famosa Semana Santa sevillana, malagueña, …. No es mi interés, aunque reconozco que poco a poco voy aprendiendo, o me va enseñando Chari, para cuando toque hablar con verdaderos especialistas del argot cofrade pueda al menos saber de lo que se está hablando y no equivocarme.

 

         La Semana Santa que cursé, fue en  la sencilla Escuela de la Hermandad de mi abuelo Plumita, en la Hermandad del Cristo de la Expiración, que creí que la había fundado mi abuelo porque llevaba tanto tiempo que pensé que los enseres se lo había entregado los propios apóstoles para que difundiera la doctrina del cristianismo por Espera. En aquel tiempo recuerdo  que pasábamos arreglando los pasos casi un mes, cuanta purpurina de oro y plata se empleaba, gracias a que mi familia tenía ferretería. A veces, muchas veces se enfadaba mi abuelo con nosotros, mi Manolo, mi Justo y conmigo, porque ayudábamos a la Soledad donde estaba de Hermano Mayor  su cuñado y mi tío, Manolo Jiménez, Manolo Teresita. Y también estábamos pendientes de los arreglos que se hacían en la Hermandad de Jesús. Y puesto en pintura, recuerdo quién fue el que pintó a San Antonio su túnica verde, con pintura Titanlux. Verdadero disparate hoy en día, que no podríamos reparar ni un arañazo que tuviera la imagen.  Muchas veces me cuenta mi mujer y mis cuñadas de las cosas de su padre con las demás hermandades, Miguel Salas tuvo que ser muy buen cristiano y cofrade.

Y yo no creí nunca que la Hermandad de la Expiración podría salir sin mi abuelo, aunque a éste lo conocí vivo y sin ser Hermano Mayor, aunque eso sí, le otorgaron el título de Hermano Mayor Honorífico. Lo que debió pasar mi abuelo cuando le pasaban por allí, por la ventana, las procesiones, y sobre todo la suya, con la lucha tan grande que había mantenido él y la pobreza de aquellos tiempos. Me mantuve durante un tiempo en la Hermandad, y he de reconocer que en esos momentos  me vi útil en la Cofradía, pues en los tiempos en que estuvo Don José Gómez, estuve como representante del Cristo, en la Asociación del Santo Cristo de la Antigua. Si bien Don José me mantenía por serle útil.

 

         Cuando me casé, mi vida dio un giro, me  puse a disposición de la Hermandad en la que hoy estoy. Y este año de 2008, es la primera vez que pertenezco a la Junta de Gobierno, como 2º Mayordomo. Han tenido que pasar no menos de 20 años, para poder aprobar las Oposiciones a la Junta de Gobierno de la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Ahora, eso sí, en este tiempo Chari me ha ido formando como cofrade, pero todavía me queda  para ser el experto de la Semana Santa de Sevilla, que algunos ya poseen, olvidándose o no llegando a comprender que función debe tener el Cofrade aquí en Espera.

 

         Todo ello en convivencia y compromiso con mi mujer. Tuvimos a los dos hijos que conocéis, Jesús y Dolores, y que, al menos Jesús, sí que parece tener mucha más vena de capillita que yo,  convencido y responsable Cofrade ligado a la Iglesia.

 

         A Espera le manifiesto todo mi amor, no ceso de quererla y en el amor que manifiesto a su Semana Santa, rica en fe manifestada por sus hermanos y que a menudo se ven examinado por tantas modas que nos llegan, pero que llegado el momento se olvidan de todo lo pasajero y se quedan con lo perpetuo y verdadero, su Semana Santa espereña.

 

         Por ello, me atrevo a rogaros a todos los que me habéis honrado con el silencio, invoquemos a nuestra Inmaculada Virgen María. A ella, desde aquí le pido me dirija, convenientemente, por los pasos de esta bendita locura cofrade que es el pregón. Que en este montaje y en esta estación y este camino, “su mano me lleve, su luz me guíe y su corazón me sostenga. ¡Inmaculada Virgen María,! Así sea”

Este Pregón está Dedicado

“A mi hermano Juan y mi amiga Cata,

para que Jesús y María  les den fuerzas

de  afrontar estos momentos”.

 

SALUDO

 

Reverendo Sr. Párroco y  Presidente de la Asociación  Parroquial de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, D. Pablo Peña

Sr. Hermano Mayor de la Hermandad de Cristo Atado a la Columna, Nuestra Señora de los Desamparados y San Antonio, D. Justo Garrucho, y Junta de Gobierno.

Sr. Hermano Mayor de la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora de los Dolores y San Juan Evangelista, D. Miguel Salas, y Junta de Gobierno.

Sr. Hermano Mayor de la Hermandad del Cristo de la Expiración, Nuestra Señora de la Esperanza y San Juan Evangelista, D. Patricio Campón, y Junta de Gobierno.

Sr. Hermano Mayor de la Hermandad y Cofradía del Santo Entierro del Señor Jesucristo y Nuestra Señora de la Soledad, D. José Espada, y Junta de Gobierno.

Excmo. Sr. Alcalde, Don Pedro Romero, y Señores Concejales del Excmo. Ayuntamiento de Espera.

Señoras y señores.

 

         Pregonar la Semana Santa. ¿Cuándo me iba a tocar? Esta pregunta me la hacía, aunque no lo tenía muy claro.  Sinceramente esperaba que fuera mucho más mayor para hacerlo. Pero las cosas ocurren, y como dicen algunos programar  para el futuro puedes  caer en la tentación de creerte inmortal, pues como mortales que somos, terrenalmente, no sabemos cuando llegarán los momentos. Es cuestión de vivir el presente y vivirlo lo más cristianamente posible.

         En cuanto a Pregonar,  no sé, si estaré a la altura de lo que esperáis algunos, pues yo sé contar, explicar y resaltar los valores que veo en mi Semana Santa, tengo un sentimiento que me recorre el cuerpo cuando tengo delante, tan cerca, ese detalle de la Imagen, que muchas veces, muchas, lloro, pues me acuerdo de muchos que ahora ya no están.

 Hoy he dejado la cámara de fotos y he hecho mi Estación de Penitencia con un gran amigo, reflexionando sobre diversos aspectos de  cómo es, o debería ser,  nuestra Semana Santa espereña.

         Lo primero que te cuento, Amigo, es cómo es mi Espera:

         Lo que más me asombra, y asombra, es  cómo un pueblo tan pequeño siente las cosas. Qué fuerza, qué arraigo, qué modo de creer en las cosas. Lo que hacemos, se hace hasta las últimas consecuencias, nos arropamos todos, y eso de que la unión hace la fuerza, se lleva aquí en práctica. Somos un pueblo vivo, muy vivo, que vuelve siempre.

         Tú quizás, Amigo,  eres un profano y la Semana Santa la ves como turística, pero no es así.  Las cofradías nacieron y surgieron para cumplir unas funciones: acercar a Jesús al pueblo. Soy un convencido  de que:

LAS COFRADÍAS

la Cofradía está constituida, como ensamblaje teórico: de una parte, por la actividad del hombre y de otra, por la intervención divina. El hombre, en ella, le compete la acción cultural, con la que cumple, en parte, con el primero y más grande de los Mandamientos: “Amarás al Señor, tu Dios, y a Él sólo adorarás”; la caridad que, como suavizador de toda relación, fluye del propio amor a Dios, y la práctica de la penitencia, que nace   de la conciencia que tenemos de ser hombres pecadores.

Estas tres actividades abren los cauces para tender hacia el Señor, y, a través de ellos, Dios derrama sobre el mundo cofrade sus gracias actuales.

El cofrade es capaz de rendir ese culto a Dios, procurando hacerlo con la máxima dignidad, en atención a quien va dirigido, haciéndose notar el esplendor en las Funciones Solemnes, que siempre deberá mantenerse; si el cofrade se siente movido a difundir la caridad de Cristo, si se decide realizar algún acto penitencial; incluso colectivamente  cuando se  acuerda corporativamente que sus nazarenos hagan la estación descalzos, eso es porque el cofrade es, ante todo y sobre todo, un hombre de vocación.

Esta vocación se debe traducir necesariamente en una definitiva actuación apostólica. No obstante, ni la predicación ni el testimonio que puedan ofrecer tendrán credibilidad, si no son fruto, de una verdadera experiencia de fe. Por eso, la evangelización de los demás  exige una revisión personal y una constante conversión al Señor. Siempre se ha entendido que el evangelizador ha de ser, al mismo tiempo, evangelizado.

El cofrade debe sentirse y saberse llamado a ser un verdadero apóstol de Cristo; por eso, deberá atender cada día más a su formación evangélica, procurando ahondar en el conocimiento de la palabra de Jesús.

El cofrade necesitará siempre vivir la Liturgia como instrumento por medio del cual, cada día se ejerce la Obra de la Redención, como fuente primera y más necesaria del espíritu cristiano.

Y en este sentido, las Hermandades serán contrarias a su propia esencia si no velaran, con la mayor energía, con el más abnegado celo, por la pureza y magnificencia de sus cultos.

Y el cofrade deberá procurar que cada día podamos llamarnos con más propiedad verdaderamente hermanos.

Mientras no se asimile el principio de que todos somos sujetos de la evangelización, será muy difícil que se inicie en el seno de las Hermandades y Cofradías una acción seria en este sentido.

Y mientras no se realice una fuerte labor evangelizadora en el seno de las Cofradías, se estará consintiendo un deterioro progresivo cuyo final puede ser el total desprestigio de estas asociaciones.

Para muchos cofrades lo importante de verdad, algo así como el motivo de toda su preocupación cofrade, es la procesión, los enseres y el trono de las imágenes,. Parece que para estos cofrades la misma intervención orientativa de la Iglesia es una injerencia indebida en campo ajeno. Esto manifiesta el error en que viven dichos cofrades. Error que debe subsanarse porque las asociaciones públicas de la Iglesia, y la cofradías erigidas por el Obispo lo son, de algún modo hacen presente a la Iglesia.

Sus comportamientos y los niveles de fe y de vida cristiana de sus miembros, así como el estilo de sus manifestaciones corporativas externas, repercuten en beneficio o en desdoro de la misma Iglesia.

Si te das cuenta, Amigo, la Semana Santa no es capricho, sino que es servicio a Dios, al prójimo y por último a ti mismo.  Las Hermandades en Espera necesitaríamos hacernos estas reflexiones.

 

SAN JUAN EVANGELISTA

También me gustaría, Amigo, hablarte de alguien:

La imagen de San Juan como único representante de los apóstoles de Jesús en nuestra Semana de Pasión siempre me había llenado de curiosidad. Pero he ahí que cuando busco noticias sobre esta figura, veo lo  necesaria de su presencia en nuestra Semana Santa, e incluso, creo que el trato que yo he vivido  es totalmente injusto:  ya sea desde  cuando realizaba la salida o la entrada en la Parroquia, que se le tocaba aquello de “Ya está aquí el pájaro, ya  está aquí pájaro”; hasta no  procesionar en nuestra Semana Santa, como si él  no hubiera intervenido en esta Pasión.

         ¿Quién fue San Juan?

         Descubro que se cree que cuando este Apóstol, anterior discípulo de San Juan Bautista, entró a ser uno de los Doce, podría tener 14 ó 15 años. Por lo tanto era virgen, pero no sólo por su edad sino por ser una criatura pura y limpia, colmado de bondad, cultivada primero a la influencia del Bautista, alimentada por JESÚS y culminada por la gracia que el MAESTRO le regaló.

         El discípulo más amado del Salvador y el último que dio testimonio en la tierra de lo que había visto y oído a Dios hecho Hombre. Su nombre encierra tesoros de recuerdos, un caudal inagotable de amor y ternura.

         Para estudiar a este amigo tan particular y querido de Jesús, habría que considerarlo sobre todo estos tres caracteres que lo distinguen: Discípulo–apóstol, representante del género humano desde el pie de la Cruz (cuando Nuestro  Redentor dijo a Nuestra Madre Celestial: “he ahí a tu hijo”), y como escritor sagrado.

         San Juan fue el discípulo querido por el Señor, que se mantuvo siempre casto, pudiéndose ser motivo esto para que Jesús lo distinguiera estando con él en los momentos extraordinarios: resurrección de muertos, de Lázaro; Transfiguración; Huerto de los Olivos; a su mismo lado en la última Cena;  junto a la Virgen María en el camino al Calvario,…

         Para mí es reveladora la imagen de San Juan, y al mismo tiempo considero necesaria la presencia en  nuestra Semana Santa espereña. Cumpliendo con nuestra tradición, emplazaría a las hermandades, que los tiene entre sus Titulares,  realicen su Procesión, con el respeto y consideración que tiene, volviendo a ser inseparables los tres nombres santos: JESÚS, MARÍA Y JUAN.

 

 

ESTACIÓN DE PENITENCIA

 

 

El ser pregonero de la Semana Santa de Espera tiene para mí, una característica especial y esencial. Y ésta es, la de que inicia su estación de penitencia una semana antes de que el primer nazareno de la primera cofradía salga a la calle. Y eso es lo que yo quiero y pretendo hacer hoy, mi estación de penitencia anticipada a un ¡Domingo de Pasión! ¡Qué nombre tan bonito!

         Ya sé que muchos de los presentes, al anunciarles que voy a llegar aquí como un nazareno más, y que voy a hacer un recorrido penitencial a mi antojo, pensarán que voy a venir vistiendo la túnica y el capirote morado, y la capa amarilla de la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, a la que tengo el honor de pertenecer. Pero no, no voy a traer ninguna túnica y capa morada.  Como tampoco a venir de hebreo alborotado de esa bandada de chiquillos, con palmas chiquitas, que forman la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén,  y que vienen a esta Plaza de la Iglesia, lugar de juego en mi infancia, con esa emoción, esas lágrimas y ese mecer de palmeras de uno y otro zagalillo.  Y a éstos son a los que quiero ofrecer el homenaje de estos versos:

 

Revuelo, infantil revuelo,

Donde se agitan las palmas

Como suspiros de almas,

Como banderas al cielo.

Gozosos llevan tras sí

A una humilde borriquita.

“Dejad que los niños se acerque a Mí”

 

         Mira, ya viene la Burra con su pollino, montando a Jesús, para que las madres que en brazos tienen a sus hijitos saluden con su palmita al mejor de los nacidos.

         Que bonito, cuanta mezcla de olores (azahar, romero, azucena, incienso), ¡que trono trae mi Jesús! Viene como Rey. Su pueblo le ama, le aclama, le añora, son muchos días, y muchos de los chiquitos   ya querían oír los primeros tambores de su vida.

         Sabes, Amigo, este paso lo hizo un espereño y entre muchos se lo pagaron para que  a su Rey no lo destronaran. La fundó el cura que me bautizó, Don Juan Candil Ríos, que era de un pueblo vecino, de Villamartín. Que también creó a sus Romanos, pero que con tanta arma, más vale que nos quedemos con la rama de olivo para reivindicar a la PAZ en el mundo.

         Sígueme. Ahora le  lanzo las primeras letras a ese Cristo que cabalga a los lomos de un burro prestado, que así de humilde viene mi Rey, sin carga alguna.

 

         ¡Domingo de Ramos! Con seguridad el día más jubiloso de nuestra localidad. Recién estrenada la primavera, y a la luz cegante que ilumina la cal y viste sus casas con albo manto, se une el embrujo de sus calles, el aroma de sus flores, componiendo como un bienestar ambiental que penetra por los sentidos.

 

         ¡Domingo de Ramos en la Pasión del Señor! Pórtico de la Semana Santa. Ya en la mañana, las campanas de la Gracia repicarán para aclamar a Jesús en su Triunfal Entrada. Al redor de la Plaza transitan las Palmas, mientras se elevarán al Cielo las notas acordes  del Himno a Cristo Rey: “¡Gloria, alabanza y honor!” Gritad hosanna y haceos, como los niños hebreos, al paso del Redentor.

         Los infantiles nazarenos nos descubrirán en su discurrir, lleno de ilusión, llantos y algarabía, la blancura inmaculada de sus almas puras.

 

         Espera ofrecerá al Señor lo que más puede agradarle, la presencia de los niños,  con los que se penetrará en la Semana Santa entre palmas y ramos de olivos montado en una borriquita. Y en lo más profundo del alma quedará grabada la frase evangélica: “¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

         Así el Señor recorre las calles de Espera: Calle de los Toros, Plaza del Cabildo, Cuesta del Pozo

        


Y los ramos se hacen palmas

Que claman la vida llena.

Y viene mi Cristo sentado

Como Rey y como Reo

Y el silencio se hace esperanza,

Y los ramos festejo

Y vienes, tú, mi Jesús

Subido en rucho materno,

Pollino o borriquita

Llamamos a este encuentro.

Y viene diciendo Él:

“este no será mi Reino”

Y mirarás a tu pueblo

Que poco, a poco, más tarde

Pedirá tu cuerpo.

Y vendrá la hipocresía,

Y el pecado del soberbio,

Y tú nos dirá callado:

“este no será mi Reino”.


LUNES Y MARTES SANTO

Sí, Amigo, la puerta de la Pasión de Jesús comenzó en el Huerto de los Olivos.

Después de la Cena de Pascua salieron a Getsemaní. Jesús se retira para hacer oración. Y le dice a sus discípulos las últimas palabras: “Todos vosotros os escandalizaréis esta noche por mi causa, pues está escrito: heriré al Pastor y se dispersarán las ovejas…”

Jesús quiso que nuestras culpas se llamaran culpas suyas. Jesús ora en esta noche amarga.

Los espereños en estos días sin procesiones oramos: Lunes y Martes Santo.

Ruego a mis hermanos  que recen, que es fácil rezar. Mira, le decía a mi Juan, que me explicaba que no sabía rezar,  y yo le decía para rezar sólo tienes que abrir tu corazón a Dios y hablar. No hacen falta frases hechas, ni incluso decir palabras,  sólo hablar, que Él te escucha y seguro que te ayudará.

         Recemos, recemos por quien lo necesita, no importa si son muchos,  no cuesta nada y Él nada te pide, sólo que donde haya odio haya amor, donde haya guerra haya paz, donde haya hambre haya abundancia, y que tu hagas lo que puedas por conseguirlo, aportando tu granito de arena.

 

Porque Jesús con su testimonio nos dice que: “la mayor tentación es no hacer oración”.

MIÉRCOLES SANTO

         Tiene que ser condenado, sin pena ni compresión, no fue necesario más. Sólo fue este dicho y este hecho: “¿Luego, tú eres Rey?”  Y Jesús le respondió, “Yo lo soy”.

 

Judas, el que lo entregó,

Al descubrir su condena

Gritó al cielo su pena

de  entregar a un inocente.

Y arrojando las monedas

Perdió la vida “pa” siempre.

 

Aquel hombre por quién el Hijo del Hombre es entregado, más le valiese no haber nacido.

 

En el coloquio de Pilatos con Jesús, éste vio que no había culpa alguna, y que la acusación se hacía por envidia. ¡Cuánta envidia, mi Señor, destruye sentimientos…”

Me habéis presentado a este hombre  como alborotador del pueblo, y yo lo he interrogado ante vosotros y no he hallado delito alguno, ni tampoco Herodes. Por lo tanto, nada ha hecho para que se merezca la muerte, así que después de castigarlo lo soltaré.

 

Amigo mío, las puertas del Templo se abren de par en par. Al castigado lo llevan a que su pueblo vea que recibe su castigo. San Antonio nos presenta este episodio. Es la Hermandad del Cristo Atado a la Columna, Nuestra Señora de los Desamparados  y San Antonio. Su fundación se le debe a la Orden franciscana que estuvo en Espera.

El gentío se agolpa en la Plaza de la Iglesia. Sus pasos procesionan cargando sus costaleros por dentro. Qué gran espíritu les atesora a estos Hermanos de San Antonio, Dios se lo conserve, y disfruten plenamente de su nueva Casa de Hermandad:

Y el Cristo de San Antonio

Atado está a la Columna,

Recibiendo con desprecio,

Lo que le hicieron las calumnias.

Mi Señor está azotado

Por el odio y las mentiras.

Te disfrazaron de púrpura

Te coronaron de espinas,

 Y  con una caña a ti te escupían.

Y te hicieron “Rey de Mofas,

De mofas y de mentira”.

Con tu mirada serena

Amabas al que reía.

Surco profundos y sangrientos,

Rostro manchado de tierra,

Espinas coronan tu cuerpo

Por un mundo destruido

De hambres, guerras y sufrimientos;

Y ahora además nosotros,

 divorcios,  maltratos y   abortos;

De crisis  y  de indignidad en la sociedad.

Pero tú, Señor, sin culpa fuiste escupido

Maltratado y malreinado.

No era eso lo que al venir nos traía,

Sino esperanza y aliento.

Traías al hombre la vida,

Y la salvación del cielo.

Mi señor, risa y dolor

Pero amor ciento por ciento

Cristo Atado a la Columna,

Cuánto dolor  llevas dentro.

 

Y el Miércoles se irá perdiendo bajo las estrellas refulgentes que cubren la calle de los Toros. Nuestro corazón saltará de júbilo ante el paso de la Virgen de los Desamparados. Y llegará a una fervorosa explosión de entusiasmo popular, que aclamará de nuevo al Señor y a su Virgen de los Desamparados cuando los dos frente por frente  se sirven pleitesía.

Y los hijos de esta Hermandad, y los espereños en general le dirán que estando a su amparo no tendrán por qué temer:

 

Virgen de los Desamparados como Tú ninguna,

Porque tú eres la bandera

Del candor y la ternura,

En el mástil de esta tierra

Rincón de amor y ventura,

Y eres su calle de cielo,

Y eres su plaza escondida,

Y eres cristal de sus fuentes,

Y eres luz de esquinas,

Y eres flor de sus jardines,

Y eres la venda de su herida,

Y eres la sangre de su vida,

Y eres el árbol de su sombra,

Y eres rosa de su espina,

Y eres ala de su vuelo,

Y eres campana en su arista

Y eres perfume en su ambiente,

Y eres color de sus días,

Y eres copla en sus sentires,

Y eres su faro y su guía.

Por eso a Ti Desamparados

Te proclamarán Bendita.

 

         Sus hermanos, sus nazarenos y sus costaleros pedirán a su Virgen y a su Cristo que el año que viene les de fuerza, renovando su fe, y que hagan cumplir su penitencia.

EL SAGRARIO

 

         Es jueves, las campanas ya no suenan

Y Dios

Se hace presencia con el pan

De las espigas doradas.

Y ya se hace silencio

Y el silencio oración.

Todo cayó, todo muerto,

Como si durmiese el cielo,

Para darnos el consuelo

De que estás en tu morada,

Morada donde me esperas

Para aliviar mis jornadas.

 

         Antes de irse el día, los espereños hacemos nuestro ratito de oración en el sagrario, en nuestra Hora Santa, para alimentarnos del Espíritu Santo, y que sea él el que nos ayude a afrontar un año más el curso de la vida terrenal.

LA MADRUGÁ

Es jueves,  “la madrugá”,

Se hace luz y aurora,

Como si fuese un canto,

Se abren, de par en par,

La puerta de la Parroquia.

Mi Jesús viene callado,

Con la Cruz a cuestas

Haciendo surco en el suelo

De la Vía dolorosa.

Nazareno te llamaban,

Lleno de risas y de mofa,

Nazareno, mi Jesús,

Tu nombre ya está en mi boca

Para decirte piropos

Pa llorar en esta hora

Pa seguirte en tu camino

Y pisar tus mismas losas.

Caminando va en silencio

Y miras todas las cosas

Y vas mirando a tu pueblo,

Que callando su dolor te implora:

“Misericordia, Señor, Misericordia”

 

         Este es mi Jesús, al que el pueblo adora. Multitud de espereños le miran cuando se hace a la calle. Su plaza es un silencio musical, oyendo a  la “Saeta, el cantar que todas las primaveras anda pidiendo escaleras para subir a la cruz”. Jesús anda que camina y todos  en silencio nos unimos a la oración:

Extiende tu mano Nazareno,

Tú que reinas en el cielo,

Que somos pecadores

Y olvidando estamos tu Credo.

 

Alza tu vista Nazareno

Que tu pueblo penitente,

Se rompe por el camino

Como el cántaro en la fuente.

 

Extiende tu mano Nazareno

Nazareno del Viernes Santo,

El que arrastra la Cruz,

El que va por nosotros llorando.

 

Alza tu mano Nazareno

Nazareno doliente,

Tú que cruzas mi Espera

Con el sudor de tu frente.

 

Alza tu vista Nazareno

Que de ti nos estamos olvidando,

De todas tus Bienaventuranzas

Y de la Cruz que vas arrastrando.

 

         Jesús va con su caminar,  en su cuesta la muchedumbre lo espera, y en su casa de nuevo rezan:

Una oración de plata

Salen de unos labios marcados

Por una muerte inmediata

Con un hábito morado.

 

¿No sabéis?

Un hombre va hacia el martirio

Víctima de no sé que ley.

Lo veréis

Sobre un lecho de lirios

Y lleva una corona de rey.

 

Es un pobre Galileo

Que apenas nadie había visto

Antes de que fuera reo

Y al que llaman … Jesucristo.

 

No va solo hasta el Calvario.

Frente por frente a su faz,

En Jerusalén tiene a un sicario

Y en Espera a un capataz.

 

Cuatro faroles de oro

Dan luz desde cada esquina

Bajando por la cuesta del pozo

La saeta ya se afina.

 

Saetero en tu balcón, embebido.

Ahí  tienes al nazareno

No le cantes al oído

Que todos te escuchemos.

                                  

Prosigue ya tu marcha

Jesús amado

Que también tus hijos quieren verte

Por la calle Arcos.

 

Ya rozamos el oscuro amanecer

De una noche larga

Tus costaleros se cuadran

A una calle que es tuya

Para así poder afrontarla.

 

Pero antes, de nuevo,

El saetero te reza,

Con  sentimiento,

El Padre Nuestro.

 

         Pero su madre está siempre vigilante y seguirá el camino de su Hijo:

Las puertas siguen abiertas,

Y poquito a poco,

En silencio: la Dolorosa.

 

Van meciéndote poquito

Pa que no roce tu palio,

en la puerta del postiguillo.

 

Y el rocío de la noche

Hacen de la noche aurora:

Madre de los Dolores,

De los Dolores Señora.

Cuánto dolor en tu silencio,

Cuánto silencio en la noche,

Cuántas miradas a tu hijo,

Cuánta soledad señora.

 

Siete puñales atraviesan

El alma tierna que adora

Mientras caminas callada

Humilde corredentora.

 

Qué silencio en tus palabras,

Qué silencio, mi Señora,

Qué callada tu garganta,

Qué dolor siempre soporta.

 

Madre Mía Dolorosa.

Mira al pasar por mi casa,

Bendícela con tu llanto,

Madre Corredentora.

 

Alivia en casa el dolor

La pena que nos asola.

Dinos que no son nada,

Dinos que todo son rosas;

Para vivir desde ahora

La esperanza mi Señora.

 

A ti también te esperan por tu pueblo. Todos quieren persignarse ante tu presencia.  

Silenciosa y tejida con lágrimas benditas, a la vez que la maternal caricia de su belleza radiante y dolorida  todos quieren acompañarla en el sentimiento:

 

Quisiera remediarte este tormento

Quisiera devolverte la alegría,

Quisiera ser el manto que envolvía

Ese agudo Dolor de sentimiento.

 

Quisiera mis pecados como el viento

Apartar de mi mente en lejanía,

Comprender la honda Pena que cubría

Tu semblante de rosa y pensamiento.

 

Quisiera que nos dé la paz, la calma,

Cuando miras al cielo tan  fija

Y tus ojos se clavan en mi alma.

 

Quisiera en desamparo tu cobijo,

Quisiera darte la valerosa palma,

¿Hay mayor pena que perder un Hijo?

 

Ella ya siente que lo ha perdido, por eso también a su templo le seguirá en su camino. La luz del día dará en su cara como el haz de luz que mata, porque a su hijo poco le queda ya, horas:

 

La  quietud dolorosa, sorda y ciega

Sólo tiene una salida en la tristeza.

El perfil de tu beso, tu belleza

El dispendio de  luz en la refriega.

 

Entregarse al amor y a tu plegaria

Es entregarse sin freno ni medida.

Es regalarte un alma arrepentida

Y cobrarse, con tu luz,  tu vida.

 

         La Hermandad arrancará la primera hoja del calendario cofrade para saber cuántos días nos faltan para la Semana Santa del 2010.

 

VIERNES SANTO

         Llegó la hora. Esto no tiene vuelta atrás. A mi Cristo le han clavado los clavos, que como veneno irá cangrenizando todas sus extremidades hasta llegar a todo su cuerpo. Cuánto dolor  aceptado. Era el amor de Dios al  hombre, que da a su Hijo para salvarnos. En este momento, qué  estaría pasando, a quién estaría mirando en el cielo. Hágase en mí según tu palabra, nos perdonó y EXPIRÓ. Su último aliento.

 

Se me pierden los papeles,

Se me pierde mi saber,

Se me pierden “to los títulos”

Y  ante tu Expiración yo qué.

Cuánto hemos de dejar,

Cuánto hemos de bajar,

Para sabernos Hermanos

Sonrientes de verdad.

Clavado está ya en la Cruz:

Cruz dura y con respuesta,

La Cruz  Tú la lleva puesta

Y  no la puedes perder.

Si quieres vivir feliz

Y no decir sólo “creo”

Ni decir que a ti te “quiero”

Sino saber descubrir

Que el sendero es sólo Cruz

Y no camino de rosas:

“Misericordia, Señor, Misericordia Señora”.

 

Estás saliendo, cuando el tiempo no lo impide, y nos recuerda a lo que pasó en el Monte Calvario, cuando hasta el cielo lloró por el Mejor de los Nacidos.  La Hermandad del Santo Cristo de la Expiración, Nuestra Señora de la Esperanza y San Juan Evangelista, hace su Estación de Penitencia. Pasada la Calle de los Toros  pasamos a la Plaza del Cabildo:

 

Te veo venir de lejos

Y ya estoy viendo venir tu muerte.

Me voy a tu encuentro

Pausadamente

Como tantos, absortos, perplejos.

Qué sólo estás,

Con tanta gente.

Qué sólo en tu cortejo.

 

¿A quién estás llamando con los ojos

Si solo un viento te acompaña

Que  se da mucha más saña

En aventarte tus despojos

Que en calmarte la agonía

Que está dejando vacía

Tu mirada de congojo?

 

Te veo venir de lejos

Y no sé si son tus ojos

Los que estás mirando al cielo

O es el cielo que es tan viejo

Que le ha puesto a tu reflejo

Una pena y un desvelo.

 

Y si está muerto

¿Por qué te siento?

Si no vives,

¿Quién me habla?

 

¿De quién son esas palabras

Que caídas de una cruz

Me cortan como un lamento

Con ese acento que tienes

De Jesucristo andaluz?

 

¿Eres Dios o eres madera?

¿Eres hombre, eres cualquiera?

¿O eres sólo primavera

Que Espera a su manera

No ha dejado que muriera?

 

No lo sé

¡Si yo supiera!

Sabría qué hacer con mi pena,

Con tu agonía,

Tu quebranto

Y con el duelo

Y la condena

De morirte siempre tanto.

 

Sabría que no te me mueres,

Que nunca mueres,

Que está entre mis menesteres

Seguirte

Hasta donde eres

Cristo, mi fe y mi socorro.

 

Y entre tanto yo me asomo

A tu cuesta del pozo

Y la recorro

Con la duda del abandono,

Porque Tú estás muriendo a Plomo.

Expiración, no me dejes solo.

 

         Su Madre se empalidece, aguanta como puede la muerte de su Hijo inocente. La injusticia se cebó con una vida. Ella mantiene fuertemente su Esperanza, resucitará. Sus costaleros la llevan de la forma más sutil, la acompaña en el triste viaje de su Hijos a punto de morir:

         Esperanza y Madre mía,

         Que junto a Jesús, lloras,

         Que junto a Juan ofreces tú

         La esperanza de estas horas.

         Iglesia viva y naciente,

         Alegría en esta hora

         Haznos vivir junto a ti

         Los signos que ahora afloran.

         Esperanza, Madre mía;

         Esperanza, rosa, rosa.

 

         Tu caminar por las calles de Espera no se hace esperar, pues tu hijo te necesita a su vera. La luz de nuestra localidad produce efectos en la Esperanza.

Bonita como ninguna

 Nuestro primaveral campo

 Pone el color de aceituna

 A tu majestuoso manto.

 

Y la blancura de la luna

 Que refleja sobre tu cara

 Este cruel momento:

 La Expiración.

 No llores Esperanza,

 Que tu hijo ya te aguarda.

Los nazarenos de  Espera

Te acompañan y  te consuelan.

 

El momento se ha consumado, ahora sólo queda rematar el trabajo. El soldado con su lanza verifica que está muerto y a su familia sólo le queda que recoger el cuerpo yacente de Nuestro Señor Jesucristo.  Honrar el cuerpo del difunto, al igual que nosotros velamos a nuestros seres queridos.

 

Mi Jesús yace callado,

Ya no sentimos su voz,

La mirada se ha apagado,

Con ella también el dolor.

Y José de Arimatea,

-propietario de un rincón-

Quiere encerrar allí al Cristo,

Cristo que murió de amor.

Viene con las mujeres,

Roto traen su corazón,

Limpian el rostro manchado

De sangres de mi Señor.

Y lo llevan al Sepulcro

Llorando tanto dolor,

Custodiada por los soldados

De una maldita legión.

En el sepulcro, callado,

Jesús expresa la oración

Que después de los tres días

¡Traerán Resurrección!

 

         Los Hermanos del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora de la Soledad, hacen una Estación de Penitencia con un respeto enorme. Sus costaleros harán todo lo posible para que el cuerpo de Jesús ni se mueva:

 

Capataz:

Lleva despacio a Jesús

Que va muerto por Amor

Sobre el árbol de la Cruz.

 

Que no le roce ni el aire

Que se mece por las ramas,

Porque puede dilatarse

El manantial de sus llagas.

Ni la ráfaga de luz

Con su tacto de azahar,

Ni el suspiro del naranjo

Cuando vayas a llamar.

Ni el clavel en la ventana

Ni el geranio en el balcón,

Ni el cuchillo de la noche

Ni el reflejo del farol.

Ni la música siquiera

De la saeta que canta,

Ni el Padrenuestro que vibra

En la sedienta garganta.

Ni el mercurio del lucero

Ni el azogue de la estrella,

Ni el trepidar tan siquiera

Del pisar del costalero.

 

Capataz: que no rocen a Jesús

Ni el hálito del candor,

Ni el pétalo de la brisa.

¡Que va muerto por Amor!

Su madre pálida irá en el cortejo del Santo Entierro, sones de campanas agónicas tronarán en los cielos de Espera:

La Madre se queda sola,

Sola en su soledad,

Y a sus hijos más queridos

Ella enseña a rezar.

 

Soledad, tienes nombre de mujer,

Nombre de cosa fatal,

De misteriosos quereres,

De buenas cosas y de mal.

 

Que despierta mi esperanza,

Levantándome del mal.

Alivias al hombre caído

Y al que sufre de su mal.

 

Soledad que lloras y ríes a la par,

Que despierta mi esperanza,

Compañera en el caminar.

 

Soledad de la esperanza;

Esperanza; eres paz.

Déjame irme callado

De tu mano soledad.

 

Que acaricie yo tu llanto,

Que te pueda acompañar,

Acógeme bajo el Palio

Que dice Luz y Verdad.

 

Esperanza y Gracia,

Hermosura y Caridad,

Haga tu amor en mi brisa,

La sonrisa en mi verdad.

 

Que tu Palio sea el cielo

Como el amor es verdad,

Que tu mano cariñosa

Limpie nuestra Soledad.

 

La tristeza de ese Hombre,

Conviértela en afán

De amar más a los otros.

Y de entregarnos sin más

Y descubrir en tu nombre,

-Virgen de la Soledad-

Misericordia infinita,

Misericordia sin más.

 

         Nuestra Semana Santa ha terminado esperando el momento cumbre, ¡LA RESURRECCIÓN!

 

 

DESPEDIDA:

Y ahora si, va a terminar el pregonero su cansado peregrinar.  Permitidle un ruego y un descanso anticipado. Permitidle lo que es su más ansiado y seguro sosiego. Dejadle descansar a los pies de su Nazareno.

 

Va a buscar a su Jesús con la seguridad del encuentro.

 

Iré a buscarte, Jesús mío, dónde esté porque sé que te encontraré. En tu altar de todos los días, oyendo lagrimas, gracias y suspiros.

 

Iré a buscarte, porque sé que te encontraré, allí   como estés,  montado en la burra, atado a la columna, con tu cruz a cuesta,  crucificado,  yacente o  subiendo resucitado a los cielos en tu magnífico retablo.

 

Así es en Espera la Semana Santa, Amigo, y esto es lo que yo siento. No la cambio por ninguna.

 

Creo en ti, Espera, porque vivirás por Él un continuado adviento y una eterna primavera.

 

Porque creo en mi pueblo y sé que se entregará a Tí. Creo en ti porque sé que devolverás a Él el cofre de tu cuerpo y el último aliento de tu espíritu.

 

Creo en ti, Espera, y a sus pies pondrá tu alma agradecida.

 

Se ha dormido la voz de mi garganta

Y tiene el corazón un salmo quedo.

Ya sólo reza el corazón, no canta.”

 

Si decimos que los Desamparos, los Dolores y la Soledad de un pueblo, que lucha,  inquieta   seguro que se transformará  en la Esperanza para los hijos que tendrán un futuro mejor.

 

He dicho 

PREGÓN SEMANA SANTA DE ESPERA 2009

29 de Marzo de 2009

Por:

Sr. D. Francisco José Romano Luceño

Iglesia Parroquial de Santa María de Gracia

 

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@ Antonio Durán Azcárate. 2001  - 2009  Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA