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Artículos de la Villa de Espera

Ermita del Santo Cristo de la Antigua

  

Ermita del Santo Cristo de la Antigua

      

Cuadro de texto:  
Es indudable que la emigración y salida de los espereños, es también motivo de que el Santo Cristo de la Antigua sea cada vez más conocido por todas partes. Ellos, al irse o al regresar, su último adiós o su primera visita, es para el Santo Cristo; tan adentro lo llevan, que donde quiera que se encuentren, con pasión le adoran y aman.

El Santo Cristo está siempre en su Ermita del Castillo, y sólo cuando llegan sus fiestas de Septiembre, baja al pueblo: Impresionante Bajada del Santo Cristo y maravillosa Subida, acompañado de todo un pueblo enfervorizado.

También bajó para clausurar las célebres Misiones del año 1964; y muchos, aún recuerdan de hace años, cuando una tremenda sequía asolaba nuestros campos y bajaron al Santo Cristo; antes de terminar de descender las laderas, negras nubes comenzaron a darnos agua en abundancia.

Pero la Imagen del Cristo milagroso, siempre está en su Ermita, que ahora acabamos de restaurar.

Muchos, al contemplar las obras terminadas, fácilmente pueden creer que no han tenido importancia, ya que en lo externo, la Ermita ha conservado toda su estructura sin grandes cambios; y sin embargo no es así. Se pensó en principio, como todos saben, en cambiar sólo la solería, que era de ladrillos; pero para más seguridad se comenzó a repasar muros y paredes; todo estaba completamente destrozado y con necesidad de una seria reforma; se hizo necesario el picado y refuerzo de las paredes, porque grandes grietas ocultas amenazaban la integridad del edificio. No olvidemos que la Ermita era la capilla de la fortaleza-castillo sobre el siglo X; pues sobre esa fecha no quedaba ningún castillo en la España católica que no tuviera su capilla; por lo tanto, quizás desde su hechura o construcción no la repasaron en serio.

Después, según consta, sería la primitiva Parroquia del pueblo, y bajo la advocación de Santiago de Christe; no es de extrañar, ya que el Apóstol se encuentra aún reproducido en talla, ignorándose el autor, y en una pintura de mucho mérito de Mateo Pérez de Alesio, italiano y discípulo de Miguel Ángel; también se habla de una talla en bronce de dicho apóstol y que desapareció para siempre en alguna de las invasiones militares extranjeras.

La Ermita serviría de Parroquia hasta finales del siglo XVI, en que se terminó la actual de Santa María de Gracia.

Desde su construcción, probablemente la Ermita jamás necesitó de reforma; ya que sus muros conservaban el material característico de aquel entonces, lo mismo que el usado en el Castillo: hormigón hecho a machamartillo, con una mezcla a veces negra, a veces amarilla, seguramente usando la arena de las canteras que aún hay en el Castillo, y que tan famosas eran: ladrillos, piedras, tapiales, eran los materiales usados en su construcción.

Todos sus muros, paredes y bóvedas han quedado fuertemente reforzados, y creemos que para siempre. Se ha descubierto toda la cantería de la cúpula donde está el Cristo; algo maravilloso por su construcción y arte, dejándose ver toda su riqueza arquitectónica; se levantó todo el suelo, llegándose hasta la misma roca; se ha ensolado toda la Ermita; desde la cancela hacia dentro, de mármol blanco, y el resto de un fino terrazo blanco y negro; a la cancela se le ha quitado el cuerpo de arriba que asfixiaba y afeaba el precioso arco; se han sacado los dos altares laterales; se han repasado los te­chos, los altares, los bancos, la sacristía; se ha puesto instalación eléctrica completamente nueva; se ha arreglado toda la explanada de la Ermita, que sería la antigua plaza de armas de la fortaleza; se ha repasado la azotea de la misma, etc., etc.

Estas han sido en resumen las obras allí realizadas. Ha habido que superar muchas dificultades y grandes obstáculos; porque han sido seis meses de obra, y aunque el pueblo y devotos del Santo Cristo han respondido espléndidamente, sin embargo había grandes inconvenientes que vencer; pero ahí queda eso: Hoy todos miramos hacia arriba con más ilusión, con más esperanzas, más satisfechos. El Santuario de nuestro Cristo, bonito, bello y hermoso, como El se merece. A las generaciones venideras sólo queremos dejarles constancia de una cosa: olvidamos los sacrificios y sinsabores vencidos, pero les advertimos que estas aventuras sólo se hacen cuando hay FE y AMOR en el Santo Cristo.

J. C. R.

                                              

 

Índice de Artículos de la Revista 1968

 

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@ Antonio Durán Azcárate. 2001  - 2006  Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA