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REVISTA DEL CRISTO 2004

Otro Cristo sin Alonso

 

“OTRO CRISTO SIN ALONSO”

 

            Como cada año, al llegar las fiestas más importantes de nuestro pueblo, no tengo duda da lo que pensamos todos los espereños, tanto los que estamos aquí, como los que viven fuera, coincidimos que es la mejor fecha por tratarse de nuestro Patrón, el “Santo Cristo”. Cada persona desde la fe, lo siente de distinta manera, pero creo que todos coincidimos en lo mismo; que llegue pronto el mes de Septiembre; que se abran las puertas de nuestra ermita y que salga pronto nuestro Dios, para tenerlo en nuestra Iglesia una semana grande que se vive con devoción.

 

            Para mi familia y para mí personalmente es una fiesta importante, pero llena de duros recuerdos, ya que este es el segundo aniversario de su muerte; creo que todos los espereños saben de quien se trata hablando de Cristo, se trata de “Alonso”, con sus defectos, sus faltas, su genio, etc. Pero aquí estaba siempre para servir a Dios. Fue muy querido por todos, y digo por todos, porque, en el momento de sentir sus campanas de agonía, ¡que tantas veces y tantos años nos hizo sentir y oír con sus propias manos!, recuerdo los rostros y las expresiones en las caras de los espereños, todos lo apreciaban. Recuerdo cómo se reunieron los sacerdotes para darle su último adiós; cómo se abrieron las puertas de la Iglesia de par en par, para rezar por su alma; tantas flores y coronas de tantos puntos de nuestra comarca; los estandartes de todas las Hermandades; lo cientos de espereños que le acompañaron, junto con esa Banda de música que tantas veces pidió para su funeral y su Santo Cristo con sus datos personales para terminar su entierro.

 

            A los primeros cohetes y campanadas se nos empieza a poner el vello de punta, al pensar que este año tampoco estará delante de su Cristo, como él decía, con su incienso y su túnica blanca; (que por cierto, la lleva otro monaguillo) pero no el sacristán que todo el mundo esperaba con su pelo blanco y gafas negras, haciendo gestos de llanto mientras duraba el recorrido.

 

-         “Tita, - le decía a mi abuela – no me entra ni hambre cuando llega la Semana del Cristo.

-          “Ya lo sé- le respondía mi abuela – Desde que te parió mi hermana, no has tenido otra profesión que no haya sido la iglesia, los santos y los curas” – le decía entre pucheros.

-         No quiero que nadie se sienta mal en nuestro templo en estas fechas; y menos los sacerdotes, para que vean la devoción que le tenemos al “Santo Cristo”.

 

            Como no podía ser de otra manera que no fuese algo relacionado con la Iglesia, el trágico accidente que sufrió y lo separó de nuestro Cristo, como ya sabemos todos, fue que venía de nuestro pueblo vecino, Arcos de la Frontera, de ver la Virgen de la Nieves, para que a su Cristo no le faltara nada como a ella.

 

            Me hago portavoz de toda mi familia, yo se lo he pedido muchas veces en silencio, ahora lo hago publico. Le pedimos al Stmo. Cristo de la Antigua que lo acoja en su seño, que lo ponga en el sitio donde mirando nuestras fiestas patronales y la imagen del Cristo; ya que toda su vida vivó para él.

 

Que en Paz descanse tu cuerpo en Cristo.

 

Ana Bernal Lozano

      

    

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