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REVISTA DEL CRISTO 2005

Espera

 

ESPERA

 

El que espera desespera,

Es lo que dice el refrán,

Pero, a quien conoce ESPERA,

No le cansa el esperar.

 

Aunque ESPERA, pueblo fuerte,

Honrado y trabajador,

Ha cambiado sus olivos

Por cultivos de valor.

 

Del rey Hespero se dice

Que este pueblo tomó el nombre

Y han suprimido la “H”

Porque la “J” no estorbe.

 

ESPERA tiene solera

Y tiene “sombra” a raudales

Y tiene sus buenas cuestas

Para airear sus cantares.

 

Y esas cuestas de sus calles,

Que en tiempos llamaban “vargas”,

Al bajar son muy cortitas

Pero al subir son muy largas.

 

Y a todo eso y mucho más

Le agregamos su calor,

Que da silencio a sus calles

Hasta que se marcha el sol.

 

Sus calles pulcras y solas,

Calladas, casi desiertas,

Quedan cuidando el calor

A la hora de la siesta.

 

Pero a cambio, cuando el día

Dice adiós en lontananza,

ESPERA sale a sus calles,

A la juerga y a la charla.

 

A cantar y a gustar tapas

Y a parlar con sus vecinos

Sobre las cosas del día

Que en el mundo han sucedido.

 

Y hasta el dicho modifican

Del “Rosario de la Aurora”

Por el “Rosario de ESPERA”

Por lo que ocurrió en otrora.

 

 

ESPERA, con su humildad,

Aunque bien le sobre historia,

Entre Cádiz y Sevilla

Espera como una novia,

 

Como una novia tan blanca

Que sólo agrega color

Con sus preciosos geranios

Que son Primavera en flor.

 

Y su robusto castillo,

Que llaman Fatetar,

Cuida de los espereños,

Que a su falda tienen lar.

 

Y el mismo castillo guarda

A su Cristo de la Antigua

Hasta que se baja al pueblo

Tan solo una semanita

 

Donde en su iglesia le acoge

Santa María de Gracia,

De la que dicen que en Roma

Tiene una gemela hermana.

 

Tienen “Molino de diezmos”

Y dieciséis almazaras,

Algunas ya son vestigio

Del aceite que guardaran.

 

Y en sus lagunas, las aves

Que van al Guadalquivir

Se toman aquí un descanso

Para el viaje proseguir.

 

Y vestigios aún conserva

De las civilizaciones

Que por ESPERA pasaron

Y dejaron sus jirones.

 

Y es su museo quien cuida

De restos de su pasado:

Algo de cartagineses,

Visigodos y romanos.

 

Y ésos pétreos leones,

Que pueden ser turdetanos,

Y por ello más antiguos

Que los todos de Guisando.

 

Y también, a la intemperie,

Guardan sus alrededores

Desde Esperilla hasta Tile

Sus glorias y sinsabores.

 

Yo no me conozco ESPERA

Y en verdad que ya lo siento,

Pero lo tendré presente

Si Dios me concede tiempo.

 

Y de tantos espereños

Sólo conozco una dama,

Dolores lleva por nombre

Y es toda salero y gracias,

 

Además de otras virtudes,

Como hacer bien sin descanso

Cuando se da la ocasión,

Ya a próximos, ya a lejanos.

 

Sé que este pobre trabajo

No es completo y sí imperfecto,

Más lo hago para Dolores,

Que se merece este afecto.

 

Además, según deseo

Y no dudo que lo quieras,

Que vivas por años mil

Y que espere en ESPERA.

 

Benito Barbadillo Hernando

           

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