Volver a Fiestas del Santo Cristo 2002                                                                         Volver a Índice de Artículos

REVISTA DEL CRISTO 2002

Viaje de José Romano con Alonso Lozano

MI EXCURSIÓN A GALICIA CON ALONSO LOZANO ARIAS, “EL SACRISTÁN”.

        Una vez pasadas las  fiestas del Santo Cristo de la Antigua el pasado año, tuve la gran suerte de  hacer una excursión a Galicia con mi “cuñado” Alonso. Digo mi “cuñado” porque siempre nos hemos llamado cuñado, al igual que él a todos mis hijos les llamaba “sobrinos” y a mi señora le llamaba “pía”, pues cuando ésta era pequeña, siempre estaba en casa de los padres de Alonso y se entiende que les costaba trabajo decirles Rosalía y le rompieron, tanto él como sus hermanos con el diminutivo de  “pía”. Una vez hecho este inciso, sigo con el viaje.

         Desde el principio nos hicimos un grupo de seis personas que ya durante todo el viaje estuvimos juntos. Cuando llegamos al hotel que se encontraba junto a una carretera, pero en medio del campo, en lo primero que pensé fue  en que en caso que Alonso se despistase del grupo no encontraría más el hotel, motivo por el cual pedí una tarjeta con las señas del citado hotel para él y otra para mí, pues yo no estaba exento de que me ocurriera lo mismo. El nombre del pueblo más cercano era San Xenxo.

         Una vez dicho esto os diré que gambas y langostinos, pero iglesias vimos las de todos los pueblos que visitamos. Recuerdo que cada vez que salíamos de una de ellas, le preguntaba yo: -Cuñado, ¿qué tal te parece esta iglesia?. A lo que me contestaba: -La mía es mejor.

         Estuvimos en la catedral de Pontevedra, y, la verdad sea dicha, es enorme de grande, pero con muchas columnas. Yo estaba deseando salir para pedirle opinión sobre la misma a lo que me contestó que sí, que era muy grande, pero siempre había un pero: tenía muchas columnas y la gente tenía que estar constantemente moviéndose para oír misa o ver los oficios que se celebrasen en el Altar Mayor, y que en la suya no ocurría nada de eso. Cómo sería la cosa que hasta yo me convencí de que la suya, como él decía, era mejor.

         Cada vez que salíamos yo le preguntaba: -Cuñado, ¿llevas la tarjeta? y él me contestaba dándose res golpes en el bolsillo, señal inequívoca de que la tarjeta la llevaba encima. En La Coruña estuvimos poco tiempo, pero una de las veces escuché el grito de uno de los del grupo que con voz potentísima decía: -¡Alonso se ha perdido! Efectivamente no se encontraba en el grupo, entonces pregunté: -¿Por dónde ha cogido? ¿No lo ha visto nadie irse? Uno del grupo contestó: -No lo hemos visto, pero por aquí ha `pasado un cura con sotana. No había duda, mi “cuñado” se había detrás del cura. Salgo corriendo, con un calor sofocante que hacía aquel día en La Coruña y allá a lo lejos lo veo hablando con el cura. Cuando llego a su altura le pregunto: -¿Qué le tenías que preguntar al cura?. A lo que me contestó: -Le he preguntado que dónde había una iglesia. Y le dije: -“Cuñado” déjate de visitar tantas iglesias que en vez de oler a marisco que es lo lógico, vamos a oler a cera.  –Yo quiero oler a cera - me contestó. –Tú sí, pero yo no – le dije yo.

         En nuestra visita a Santiago de Compostela me dije: _Hombre ya vamos a visitar algo mejor que la parroquia de mi “cuñado”. Recuerdo que estábamos en fila para besar a Santiago Apóstol y cuando le tocó besarlo, le tuve que decir: -¡Déjalo ya, cuñado, que no te lo vas a llevar a Espera!. Me miró y me contestó: -Si pudiera, me lo llevaba. Posteriormente vimos el botafumeiro de la catedral en funcionamiento. Yo miraba a Alonso más que al botafumeiro, porque jamás he visto una cara de más satisfacción, en mi vida, que la de Alonso mirando el botafumeiro. Me ,dije para mí: -¡Cómo dure mucho el balanceo, vemos a Alonso  pegado a ese cacharro volando por la Catedral de Santiago.

         Una vez en la puerta, le pregunté: -¿Este Iglesia será mejor que la de tu pueblo? Recuerdo, como si  estuviera viéndolo, que primero cerró la boca, se pasó la mano por los labios, abrió los ojos de par en par, me miró por encima de las gafas y movió la cabeza hacia un lado y hacia otro, como diciéndome: -No sé que decirte, “cuñado”.

         Ya en la calle, y en un escaparate, había un botafumeiro con un letrero que decía “Réplica del que se encuentra en la Catedral”. Me llamó Alonso, y pensé: -Este es capaz da cargarme con el botafumeiro en una DKW hasta Espera. Si pensaba comprarlo, no lo sé. Lo que sí sé es que me dijo: -Vamos a preguntar cuánto vale. Porque Alonso, para aquellos que no lo conocían bien, no saben que de tacaño, nada de nada y yo sabía que si le hubiera insistido, el botafumeiro está hoy colgado en “su iglesia”.

         Para terminar, y cuando ya veníamos de vuelta, me dije: -Voy a darle a Alonso la última alegría. En Badajoz llamé a Camargo el cura, como decía él y le dije en el  lugar en que estábamos comiendo. Al poco tiempo llegó y Alonso, y no lo digo en broma, dejó la comida para saludar a Camargo y estar todo el tiempo con él.

         Éste fue mi viaje con mi “cuñado” Alonso. Ya este año teníamos pensado ir a Asturias y en varias ocasiones me había preguntado: -Cuñado, ¿allí que vamos a ver que a mí me guste?. Con cierto temor, le contestaba: -Allí vamos a ver a la Virgen de Covadonga. Digo con cierto temor por que a Santiago por su gran envergadura no se lo pudo traer a Espera, pero de seguro que a la Virgen de Covadonga le hubiera echado un tiento.

 

Q.E.P.D. mi cuñado ALONSO LOZANO ARIAS. “EL SACRISTÁN”.

José Romano Lozano

Volver a Fiestas del Santo Cristo 2002

[ Página Principal [Noticias] [ Artículos ] [Directorio Espereño][Actualidad] [Villa de Espera] [Cofradía de la Soledad] [Asociación Cult. Ntra. Sra. Soledad] [ Emigrantes ] [Agricultura] [Datos e Informes] [Planos] [Guía de Empresas] [Fotos de Interés[ Gastronomía ] [Links] [Contacta conmigo]

E-mail 

 

 

@ Antonio Durán Azcárate. 2001  - 2006  Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA